Relatos de Ánimas

Relatos cortos escritos en largas noches


Dama espectro


La miré y no dijo nada
Me dió permiso de seguirla mirando.
Poco a poco me fui enamorando
De esa chica que allí se sentaba.

Cuando la luna por el cielo mordida
Retrasaba la siguiente alborada
Estaba ajeno a lo que afuera pasaba
Pero tenía claro lo que aquí sucedía.

Cupido acertó. Cupido flechó.

Su mirada en mi se posaba
Como el gorrión en su cálido nido.
Me preguntaba si era divino o
Era algo que el infierno mandaba.

Me armé de valor.
¡Ya era hora! decía su mirada
Pero cuando mi cuerpo acercaba
Noté en sus ojos un infame dolor.

No pregunté. No pregunté

Salí de inmediato huyendo al amor.
Temblaban mis manos y no respondían.
Vi la luna que afuera se erguía
Tan vacía como mi corazón.

Me marché rumbo casa
A llenarla de nada,
A mirar por la ventana empapada
Como todo un ganador en picada,
Hacerme la pregunta del día.
¿Podría ser ella la mía?

No lo sabía. No lo sabría.
Regresé a la noche siguiente
El corazón asi lo pedía
Le pregunté al camarero vidente
Si la chica de ayer existía.

Me dijo que no, que no, no.
Que en esa silla nadie se sentaba
Y entonces deliro….
Continuó y dijo:
Desde hace dos años cuando
Fue asesinada por su propio marido.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *